Sin accesibilidad no hay inclusión

Antoni Maroto
3 min readFeb 20, 2022

Cuando era adolescente, estudié alemán durante cuatro años. A pesar de que no lo he practicado mucho desde entonces, lo entiendo bien a nivel general y puedo defenderme hablando para cuestiones básicas.

Algunos de mis contactos en LinkedIn publican contenidos en alemán y cuando los veo, los leo y hago el esfuerzo de entenderlos. Si la publicación es demasiado larga o compleja, suelo recurrir a la opción de traducción automática que LinkedIn ofrece.

¿Sabías que cuando publicas en LinkedIn la opción de traducción automática te puede permitir llegar a más personas?

Mi hermana Arantxa, por ejemplo, no está acostumbrada a leer en inglés porque sus conocimientos del idioma son limitados. Sin embargo, gracias a la opción de traducción automática de LinkedIn, puede enterarse de lo que publico, incluso si esas traducciones no son siempre exactas.

No obstante, en esta publicación no voy a centrarme en la calidad y la fiabilidad de las traducciones automáticas, sino en la manera en que elegimos compartir información.

Esta semana, la opción de traducir automáticamente de LinkedIn me falló por primera vez. Sé que no era por una cuestión de idioma porque había logrado traducir del alemán al inglés anteriormente. El problema era que la publicación incluía «tipografías alternativas».

Las tipografías alternativas son aquellas que podéis ver en la imagen que aparece más arriba (p. ej., imitaciones de negrita y cursiva) y que algunas personas usan como alternativa al texto sin formato que, por ahora, es el único que puede usarse en la mayoría de las redes sociales.

El problema de las tipografías alternativas es que no se corresponden con caracteres reales. La mayoría de los dispositivos o programas que procesan caracteres no pueden leer las tipografías alternativas. Algunos dispositivos, incluso, no las muestran correctamente.

¿Podrías estar limitando inconscientemente el alcance de tus contenidos al favorecer cuestiones estéticas?

Si usas palabras o frases escritas con tipografías alternativas, LinkedIn no podrá traducir tus publicaciones. Asimismo, los motores de búsqueda de Internet y los dispositivos que facilitan la lectura de contenidos virtuales tampoco podrán procesar esos contenidos.

Yo entiendo que, en ocasiones, es necesario resaltar algunas partes de un texto. Un bloque de texto monolítico sin variaciones puede resultar difícil de leer. Por suerte, existen opciones que facilitan la accesibilidad, como el uso de hashtags, mayúsculas y titulares secundarios.

Los hashtags (conocidos también en español como etiquetas), de hecho, son propios de las redes sociales. Usarlos hace el texto asociado a estos quede resaltado automáticamente. No obstante, conviene no abusar de ellos. También se recomienda #EscribirlosAsí en vez de #escribirlosasí para facilitar la lectura cuando incluyan dos o más palabras.

Ahora que está tan de moda la inclusión, debemos tener en cuenta que no solo se trata de hacer un uso específico del lenguaje. Si quieres ser una persona inclusiva de verdad, no te olvides de la accesibilidad, porque sin accesibilidad no hay inclusión.

¿Qué prácticas inclusivas sigues cuando publicas contenido digital?

¡Nos leemos!

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Antoni Maroto

Sigo publicando ocasionalmente en español en LinkedIn, por lo que puedes seguirme y leerme allí. ¡Gracias!