Se acerca el Día Internacional de la Traducción…

Antoni Maroto
3 min readSep 21, 2023
Foto de Ann Schreck. Disponible en Unsplash.

… y a mí me gustaría compartir esta publicación para hablaros de los errores que las personas que nos dedicamos a la traducción por cuenta propia podemos cometer cuando trabajamos o nos planificamos.

Para esta publicación me inspiré en una charla que mi colega Sophie Ash dio (en inglés) hace un año para uno de los grupos regionales de la American Medical Writers Association (AMWA).

Aunque Sophie puso como ejemplo de profesión la redacción médica, muchos de sus consejos pueden aplicarse en otros ámbitos, por lo que me gustaría compartirlos en español:

1. Tu biografía contiene detalles irrelevantes.

Tus clientes solo necesitan saber de qué idioma(s) a qué idioma(s) traduces y qué tipo de proyectos puedes hacer o son de tu interés. Asimismo, querrán asegurarse de que eres de confianza y que vas a hacerles la vida más fácil.

2. No tienes una área de especialización.

Aunque se puede tener una carrera como generalista, en mi experiencia, los clientes no suelen fiarse de las personas que dicen saber «hacer un poco de todo». A largo plazo, es mejor elegir una especialidad y destacarte como persona experta.

3. Tu trabajo no refleja lo que dices que haces.

Como casi siempre, la calidad va a primar sobre la cantidad. Es mejor haber hecho menos y bien que mucho y no tan bien. Si tienes un portafolio, asegúrate de que está bien hecho y que es un reflejo de como tú te describes profesionalmente.

4. No tienes página web propia.

Aunque no es obligatorio tener página web para conseguir trabajo, yo aconsejo invertir en una porque da credibilidad. Si no te ves capaz de hacer una, contrata a alguien que la haga por ti. Merece la pena porque realmente es el único sitio en la red que es tuyo de verdad.

5. Tu perfil de LinkedIn no está optimizado.

Igual que tu currículum, LinkedIn es un documento de marketing. No es documento legal, por lo que no tienes que contar toda tu historia si no quieres. Para sacar el máximo provecho, adáptalo para atraer el tipo de clientes/proyectos que deseas conseguir.

6. En LinkedIn no participas lo suficiente ni compartes contenidos propios.

Aunque LinkedIn puede servir simplemente como repositorio de información profesional, su magia reside en usarlo para construir una red en la que puedas aprender, conversar y demostrar cómo le solucionas (o puedes solucionar) la vida a tus clientes (potenciales).

7. No cobras lo suficiente por tu trabajo.

Aunque lo que cobren otros profesionales puede servirte de guía, lo ideal es cobrar el dinero que necesitas para vivir, por lo que debes tener en cuenta ingresos y gastos para ver qué beneficios obtendrás. Si inviertes continuamente en tu trabajo, cóbralo.

8. No priorizas las relaciones comerciales.

No dejes nunca de ponerte en contacto con clientes con los que te gustaría colaborar, incluso si ya lo hiciste en el pasado y no volviste a oír de ellos. Lo que no pudo ser ayer podría pasar mañana. No lo sabrás si no lo intentas.

9. Esperas que todo contacto se transforme en trabajo.

No te ates a aquellos clientes potenciales que manifiesten interés en colaborar contigo hasta que no hayas recibido confirmación de colaboración y el proyecto sea una realidad. Hasta entonces, di sí a todo lo que te llegue que sea de tu interés y continúa buscando.

10. No estableces límites claros.

No tengas miedo a decir «no» ni a usar mensajes de respuesta automática para informar de que tienes disponibilidad limitada o nula en ciertas fechas. Deja claro de antemano cuándo puedes trabajar y cuándo no y en qué condiciones.

¿Qué os parece esta lista? ¿Cambiaríais o añadiríais algo?

¡Espero vuestras respuestas!

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Antoni Maroto

Sigo publicando ocasionalmente en español en LinkedIn, por lo que puedes seguirme y leerme allí. ¡Gracias!