Lenguas pluricéntricas
Una lengua pluricéntrica es aquella que tiene dos o más estándares.
Esto tiende a ocurrir en los casos de aquellas lenguas cuyo uso trasciende fronteras, lo que hace que la identidad y la lengua de las personas hablantes no coincidan y, por tanto, acaben existiendo diferentes variantes con diversos grados de inteligibilidad.
Curiosamente, los cuatro idiomas que uso activamente son pluricéntricos:
- El catalán está regulado por dos instituciones. Las competencias del IEC (Institut d’Estudis Catalans) son reconocidas en Andorra, en Cataluña y en las Islas Baleares; sin embargo, en la Comunidad Valenciana, la lengua se conoce valenciano y se rige por las normas de la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua). Personalmente, como catalán, sigo las normas del IEC.
- El español tiene muchas variantes, pero existe un único estándar para la lengua escrita establecido por la ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española). Esas variantes pueden agruparse en dos grandes grupos: europeo y latinoamericano. A pesar de familiarizarme con algunas variantes latinas en EE. UU., es el español europeo el que uso y conozco mejor.
- El inglés no está regulado por ninguna institución. Cada variante de la lengua tiene sus propias normas, generalmente en función del país donde se habla. En 2024, un total de 57 países tenían el inglés como lengua oficial. Yo me expreso en inglés americano; no obstante, tengo contacto habitual con hablantes de las variantes propias de Irlanda y del Reino Unido.
- El portugués está regulado por instituciones de diversos países y territorios donde es oficial. A grandes rasgos, existen dos estándares: el portugués de Brasil (regulado por la Academia Brasileira de Letras) y el de Portugal (regulado por la Academia das Ciências de Lisboa). El portugués europeo, que es el que uso, sirve de base para las variantes africanas y asiáticas de la lengua.
Decidí escribir este artículo después de leer comentarios acerca de la falacia de que «si creamos contenidos en más de una variante de una lengua, estaremos reconociendo que usamos lenguas diferentes».
Lo que he entrecomillado en el párrafo anterior no es cierto, ya que una lengua es la suma de sus variantes y no es patrimonio de un lugar concreto.
Por lo tanto, en caso de que tengáis que comunicaros con personas que comparten una lengua, pero que son de diferentes áreas geográficas, lo mejor será crear varias versiones de dichos contenidos, según proceda.