¿Cómo abreviar los nombres de los idiomas?
Hay ocasiones en que la falta de espacio nos obligar a tener que reducir lo que escribimos. A causa del límite de caracteres, no siempre podemos decir todo lo que querríamos. ¿Es esto un inconveniente para ti? ¿O es quizás una ventaja que no siempre se aprovecha?
Un ejemplo es el encabezado de los perfiles de LinkedIn. Es normal querer poner el máximo de información posible y una manera de conseguirlo es abreviar términos. Sin embargo, las abreviaturas presentan un problema y es que no siempre son fáciles de entender.
Como traductor profesional, mi red de contactos incluye, por supuesto, una gran cantidad de traductores. En muchas ocasiones, veo que usan códigos de dos o tres letras para referirse a los idiomas con los que trabajan y no siempre lo hacen de manera acertada.
Los nombres de los idiomas pueden abreviarse gracias a los códigos de la norma ISO 639. La ventaja que ofrece usar estos códigos es que, igual que los símbolos, son internacionales. Al ser los mismos para todos los idiomas, no hace falta traducirlos.
Por ejemplo, los códigos utilizados para referirnos al español son ES y SPA, por lo que pueden aparecer en documentos escritos en cualquier idioma. El problema surge cuando nos inventamos códigos que no están reconocidos por la norma ISO 639, como *SP* o *ESP*.
El caso del catalán es peculiar, ya que se tiende a usar en exceso el código de tres letras CAT, incluso cuando se mencionan otros códigos de dos letras. Si bien es cierto que no todos los idiomas tienen asignados códigos de dos letras, el catalán sí lo tiene (CA).
Si quieres mi consejo, lo mejor es prescindir de las abreviaturas para referirnos a los nombres de los idiomas en la medida de lo posible, salvo si tu audiencia fuesen profesionales del sector de lenguas y traducción. En este caso, sí tiene sentido usar los códigos de la norma ISO 639.
Cuando no tenemos todo el espacio que nos gustaría para escribir sobre nuestros servicios profesionales, puede ser tentador usar abreviaturas. No obstante, cuando se trata de buscar clientes, la calidad debe primar sobre la cantidad.
Es mejor escribir una o dos frases que sean claras que querer decir demasiado y que esto haga que tu mensaje acaba pareciendo ambiguo o confuso. Si quieres que tu audiencia te entienda fácilmente, apuesta siempre por la claridad.
¿Tú también crees que menos es más?